Javier Milei sostiene un enfrentamiento con Martín Llaryora y cortó a varios cordobeses del Gobierno. Pero sigue incorporando “cordobesistas”.
La detonación de la Ley ómnibus que Javier Milei pretendió impulsar en el inicio de su Gobierno todavía tiene réplicas en el tablero político. Una de ellas es el feroz enfrentamiento del presidente con los gobernadores de diferentes provincias.
El mandatario libertario señaló a un extenso grupo de mandatarios provinciales por la caída de su proyecto en el Congreso, omitiendo detalles que fueron incluso más protagónicos como la falta de calibre entre sus propios congresistas. Así, se gatilló una “guerra” entre Nación y varias jurisdicciones.
Una de ellas fue Córdoba, donde Milei se impuso con nada menos que el 75% de los votos en noviembre. Sin duda una de las llaves que permitió el primer gobierno libertario de la historia.
Allí, el flamante gobernador Martín Llaryora se perfiló en un inicio como un mandatario provincial dispuesto a colaborar con la gobernabilidad de Milei. Algo que el propio gobernador admitió en su asunción.
De hecho, el propio oficialismo nacional llegó a incorporar a varios actores del Gobierno provincial a la nómina de funcionarios nacionales. Todo en el marco de una transferencia de recursos humanos que parecían hacer nacer una nueva relación sana entre la provincia mediterránea y el Estado nacional.
Javier Milei puso a Llaryora en la “lista”
Sin embargo, el reverdecer de las líneas nacionales con Córdoba duró poco más de un mes. Con la señalada caída de la Ley ómnibus, comenzó la creación de la “lista negra” en la que cayó el propio Llaryora y sus diputados, al haber ofrecido resistencia a ciertas reformas que el Gobierno nacional pretendía introducir.
Calificados por el propio Milei como “traidores”, muchos funcionarios cordobeses quedaron automáticamente fuera del Gobierno nacional a pocos días de haber iniciado funciones. Tal vez el que más ruido hizo fue Osvaldo Giordano, ex titular de Finanzas en Córdoba y ahora ex titular de Anses, cuya esposa, la diputada Alejandra Torres, se opuso a varios artículos durante el debate.
Así como Giordano, otros tantos quedaron desafectados de tareas oficiales como una especie de “venganza” oficialista por la presunta falta de apoyo cordobesa. Algo que en ningún momento la provincia le debió a Milei ya que, según el propio Llaryora, no existió un acuerdo que lo disponga.
Además de los cambios dentro del Gobierno nacional, Milei también dispuso el ya señalado recorte de partidas coparticipativas. En especial las referidas a Transporte, sobre las cuales Córdoba viene reclamando hace años.
Javier Milei sin Ley ómnibus y sin estructura
Si bien el enfrentamiento de Milei con el Gobierno de Córdoba es real, lo que también es cierto es que el presidente aún continúa armando su estructura de Estado. Y, para ello, necesita un cuadro importante de funcionarios, incluso más que antes tras la caída de la Ley ómnibus.
Un ejemplo de eso es la designación reciente de Fernando Sibilla al frente de la Fábrica Argentina de Aviones. La empresa, que estaba apuntada para ser privatizada, continuará en manos del Estado al menos hasta que se discuta su situación de manera particular en el Congreso.
Precisamente, Sibilla es un ex miembro jerárquico del Gobierno de Córdoba, que hasta hace días estuvo al frente de la Agencia para la Competitividad de Córdoba. El magister, que ya registra un paso por el directorio de FadeA durante el Gobierno de Mauricio Macri, quedó como presidente de la compañía que fabrica aviones en Córdoba.
Así, Javier Milei habría reflejado nuevamente una seria flaqueza para sostener un enfrentamiento contra los gobernadores. Se trata de la estructural, la misma que parece condenarlo a un inevitable acuerdo con el PRO para llenar los espacios vacíos que todavía quedan vacantes en Nación.