La potencial aprobación de las facultades delegadas… ¿acaso no implica que el presidente Javier Milei podrá encarar más adelante por decisión propia aquello que hoy le niega parte del Congreso y los gobernadores?
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Mientras aún quedan los resabios del anuncio del Gobierno que ayer retiró el paquete fiscal de la ley ómnibus, es probable que ahora, como anticipó este diario esta misma semana, tenga lugar la madre de todas las batallas: los superpoderes.
En los hechos, este paso atrás sorpresivo debe responder, inmediatamente, otro acertijo: la potencial aprobación de las facultades delegadas… ¿acaso no implica que el presidente Javier Milei podrá encarar más adelante por decisión propia aquello que hoy le niega parte del Congreso y los gobernadores?
La discusión que se viene no es simple, comenzará el próximo martes en Diputados y posteriormente deberá atravesar una árida discusión y tratamiento por el Senado. ¿Es una maniobra de Milei esta especie de capitulación porque piensa que podrá imponer de todas maneras las decisiones de carácter fiscal por decreto?
Veamos. El Ejecutivo aceptó quitar del proyecto las retenciones, la reversión del impuesto a las Ganancias, el módulo sobre jubilaciones, el blanqueo, la moratoria impositiva y el adelanto de Bienes Personales. Es decir, supuestamente, se quedó sin una serie de herramientas que le permitían sumar recursos adicionales para alcanzar el equilibrio fiscal.
En términos simbólicos es clave porque la promesa central del Gobierno es, precisamente, dejar de emitir para financiar el gasto. La hipótesis era que, con la. Ley de Bases aprobadas, ese diferencial en la erogación pasaría a financiarse de otra forma. A eso se agregaba el fuerte recorte del gasto.
Algunas señales a los mercados
Ayer, en conferencia, cuando los periodistas le preguntaron a Caputo cómo iba a compensar todos esos ingresos, el ministro se mostró poco preciso. Dijo que, si bien no iban a “ceder en el déficit cero”, de todas formas, se iban a tomar un tiempo para pensarlo. Esto dio lugar a una serie de especulaciones, entre ellas, que el Gobierno compensará el revés con un recorte adicional a las transferencias a las provincias, un ajuste mayor en materia tarifaria.
El ministro Caputo fue el encargado de dar la noticia ayer a última hora. Lo hizo fuera del horario de los mercados para evitar un impacto en las cotizaciones y en el dólar. El economista viene de acumular bajo su ministerio un sinnúmero de reparticiones que se encontraban bajo la órbita de Infraestructura. Es, en los hechos, la persona con más poder del Gobierno después del presidente, su hermana y el jefe de Gabinete.
Las dos frases del Presidente en la reunión de Gabinete del jueves aún reverberan: “Los voy a dejar sin un peso”, “los voy a fundir a todos”, les dijo a los gobernadores. Sin embargo, ayer, en conferencia, Caputo dijo que estaban dispuestos a escuchar a los titulares de los ejecutivos provinciales. La salida de Guillermo Ferraro -a quien le atribuyeron la filtración de las frases- había abierto otro interrogante en la previa: ¿qué es lo que interesaba de la megacartera que Ferraro tenía bajo se ala? ¿A quién?
Julián Guarino