A contramano del discurso electoral, el gobierno busca ahora perjudicar la libertad productiva de un sector que presta servicios, formaliza trabajo y produce regionalmente. Los datos que ponen en jaque el anuncio de suspensión.
Esta semana el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció la decisión del gobierno de “suspender la operatoria” de un conjunto de cooperativas creadas desde el 2020 en adelante, asegurando que “se van a inspeccionar 4.355 y a reiterar la autorización de operar a 11.853 suspendidas en 2019”.
Calificadas por el oficialismo como “otra caja que desaparece” se trata en realidad de un sector clave para la economía argentina en tanto genera el 10% del PBI llegando a abarcar a unas 20.000 empresas y unidades productivas con impacto directo en más de 350 mil fuentes de trabajo y un rol central en el desarrollo local a partir de su presencia en diferentes sectores de la industria, los servicios y el agro. Además, se estima que unos 2 millones de trabajadores que hoy se encuentran en la informalidad podrían encontrar su forma organizativa en el cooperativismo.
De hecho, el mundo cooperativo al que apunta la gestión libertaria tiene sus orígenes allá por el 1900, misma época a la que el propio presidente Milei describe como “el siglo donde el país arrancó como el más rico del mundo”, con la llegada de los primeros inmigrantes europeos que dieron vida a incipientes cooperativas nacionales junto con mutuales, sociedades de fomento y sindicatos. Así, la primera ley argentina de cooperativas se promulgó en diciembre de 1926 –Ley General Nº11.388– comenzado el sector a cobrar cada vez más fuerza en el entramado productivo nacional y en la formalización de puestos de trabajo, sobre todo tras las consecuencias de las políticas neoliberales de los ’90, también reivindicadas por el actual gobierno nacional, que duplicaron el desempleo y llevaron a la exclusión a millones de trabajadores.
En el presente, las cooperativas y mutuales participan en diferentes sectores como educación, consumo, crédito, medios, salud, seguros, servicios públicos y turismo, entre otros y tienen un impacto tal en las localidades del país que se estima que hay más de siete millones de argentinos que tienen luz gracias a que son socios de distintas cooperativas eléctricas, casi dos millones de personas se atienden en cooperativas de salud, y aquellas que se desempeñan en el rubro de telecomunicaciones llegan a estar en 20 provincias del país ofreciendo servicios de internet y televisión a la población, sumado a la creciente presencia en el comercio exterior que permitió que en 2023 exportaran unos 120 productos al mundo, alcanzando los 965 millones de dólares y mejorando la participación en el total de ventas al exterior, que se ubicó en torno al 3%.
Frente al anuncio oficial que no incluyó, al momento, información precisa sobre cuáles serían los presuntos incumplimientos y a qué sectores abarcaría, un conjunto de cooperativas se declaración en estado de alerta y anticiparon una movilización frente al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) organismo encargado de la promoción y control del sector, todo ello en una coyuntura que plantea serias dificultades para el sector por la apertura indiscriminada de importaciones, el deterioro de la actividad y el consumo doméstico y el recorte del acompañamiento estatal.
Sobre esto último, Alexandre Roig, ex presidente del INAES, analizó que «es una declaración pública que busca asustar y amedrentar, pero que después la disposición legal es un procedimiento normal, burocrático» vinculado al control que tiene a su cargo el organismo, en tanto se anticipó que la suspensión del funcionamiento “atenta contra la propia ley de cooperativas y el marco legal vigente”.
Un dato no menor tiene que ver con que la expansión del cooperativismo a nivel global fue en ascenso en estos años al punto de que, según precisó la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), las 300 cooperativas más grandes del mundo tienen un volumen de facturación que las posiciona como la sexta economía del globo además de que proporcionan empleo al 10% de la población ocupada.
Asimismo, una declaración reciente de las Naciones Unidas dio cuenta de la importancia del cooperativismo para el desarrollo económico de los países y la OIT, por primera vez en 110 años, destacó el rol de cooperativas y mutuales para organizar gran parte del sector productivo de los países.
El rol en la economía nacional
En Argentina funcionan unas 20.000 cooperativas y 5.000 mutuales, que generan más de 350 mil puestos de trabajo en tanto que al menos 27 millones de personas están vinculadas, directa e indirectamente, a estas formas de organización del trabajo, de prestación de servicios, de ayuda social y económica cuya producción explica cerca del 10% del PBI del país, según datos oficiales y sectoriales.
En detalle, de acuerdo con la última información disponible presentada por el área de Estadística del INAES en 2023, existen 19.076 cooperativas distribuidas en todo el territorio nacional que “contribuyen a originar puestos de trabajo y a fomentar una economía sostenible”. En relación hay más de 316.000 trabajadores y trabajadoras vinculadas al sector, que se ubican principalmente en la provincia de Buenos Aires (28%) seguida por CABA (17%) y Santa Fe (10%), entre las principales. Asimismo, las mutuales abarcan a más de 34.00 trabajadores en relación de dependencia, siendo Santa Fe y CABA las que concentran el 55% del total. Del conjunto de cooperativas, un 57% se ubicó en la Región Centro (Buenos Aires, CABA, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe), en tanto que en la región Noroeste (NOA) se destacó la presencia de Jujuy (representa 5% del país y un 26% del total de la región), en la región Noreste (NEA) cobró relevancia Chaco (5% del total y el 41% de la región) mientras que en la Patagonia se destacó Chubut (2,6% del país y un 30% de la región) y en Cuyo, encabezó Mendoza (2% del país y 52% de la región).
En cuanto a los sectores de la economía en los que se desempeñan, sobresale el rol de las cooperativas de trabajo (79% del total), seguidas por aquellas que prestan servicios públicos (6%), las de vivienda y construcción (4,4%) y las agropecuarias (4,2%). A su vez tienen fuerte presencia en rubros como construcción (23,5%), en industria manufacturera (10,1%), en comercio (4,7%), y suministro de agua, cloacas y gestión de residuos (4,5%), y en los últimos años creció la presencia de la economía popular a partir de la formalización de sectores del trabajo no registrado (hay cerca de 11 millones de personas en ese sector, unos 4 millones están registrados en el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) y se estima que al menos 2 millones podrían encontrar su forma organizativa en el cooperativismo), de la economía del cuidado de personas, y cooperativas de tecnología. Se agrega también la tendencia al alza en materia de ventas al exterior que se traduce en ingreso de divisas para el país. Según los últimos datos relevados por el Monitor de Exportaciones del Cooperativismo, entre 2018 y 2023 las exportaciones del sector crecieron un 32,5% con envíos a 88 destinos globales, entre los que se destacan China, Vietnam, India, Malasia y Perú, marcando una mayor injerencia anual sobre el total de las ventas argentinas al mundo.