El Gobierno intenta instalar que tiene los votos necesarios para aprobarla en general, pero hay dudas. Sabe que el destino de las modificaciones es inevitable aunque puede haber una votación sorpresiva. ¿Y si se cae el proyecto? El 25 de mayo ya está listo pero, si no sale la ley, puede terminar en un acto en Córdoba solo con libertarios.
El gobierno de Javier Milei empezó la semana con optimismo, con la clara certeza de que la Ley Bases salía tal cual llegó de Diputados. Pero con el pasar de los días el panorama se fue oscureciendo. Las sesiones en comisión que hubo entre martes y jueves despertaron alarmas y el poroteo empezó a mostrar fisuras. Ahora se trata de una batalla comunicacional donde el oficialismo y el peronismo intentan instalar, cada uno por su lado, que tienen los votos para aprobarla o rechazarla.
La Ley Bases es una moneda al aire. El Gobierno habla de que tiene de 35 a 38 votos para la aprobación en general. En Unión por la Patria aseguran un escenario similar para el rechazo. En el medio, los senadores dudosos dejan más dudas que certezas.
La Libertad Avanza maneja solo dos escenarios: la vuelta a Diputados con modificaciones o el rechazo total. Por eso trabajan a contrarreloj para la primera opción. Reuniones secretas con gobernadores y senadores se aceleran en la Casa Rosada. Ni el Gobierno ni los mandatarios quieren mostrar que se reunieron.
El problema que encuentra el oficialismo es que varias reuniones no suelen ser productivas para la votación porque encuentran un límite en la conducción de los gobernadores, que en algunos casos tienen poquísima influencia en los senadores.
«Necesitamos que los gobernadores los conduzcan a sus senadores, pero no está pasando», afirma preocupado una altísima fuente del Gobierno en Casa Rosada. La jefatura política está dispersa en varios casos y ahí se les pierden algunos votos a favor de la Ley Bases.
La Libertad Avanza esperaba que algún senador de UP pudiera llegar a ausentarse, abstenerse o votar en contra en el mejor de los casos. Pero no. Cristina Kirchner mira con lupa a cada uno de los 33 senadores peronistas y es la pared que encontró el Gobierno y no puede superar.
La opción del oficialismo es «pelar» totalmente la ley para que pueda llegar a aprobarse en general. «Estamos entregados, que hagan lo que quieran con la ley, el RIGI, lo que sea, pero que la ley salga», expresó un ministro de Milei.
En el oficialismo ya hay desesperación. El no dictamen fue un golpe. Aún nadie sabe cuándo será la sesión. 21, 22 ó 23 de mayo esperan. Pero se puede demorar aún más.
El RIGI (Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones) se transformó en el principal problema de Milei para sacar la ley. En la Casa Rosada explicaron: «Vamos a hacer clarificaciones sobre ese capítulo. Hay ciertos artículos que están mal redactados. Se redactó de una manera que no es todo lo específico que debe ser», reconocen en el riñón del Presidente. Según la versión oficial, fueron errores y no fue un «si pasa, pasa». Dudoso…
Así las cosas, está confirmado que Milei no llega al 25 de mayo con la ley plenamente aprobada. El acto será diferente. «Si llegamos al 25 con las cosas trabadas, seguramente cambien las palabras del discurso del Presidente sobre los gobernadores y el Congreso», lanzó un integrante de la mesa chica del mandatario.