La intendenta Susana Zenteno junto a la Diputada Silvana Ginocchio, concejales y funcionarios acompañaron a la Comisión Directiva, vecinos y vecinas que celebraron su continuidad y permanencia en la comunidad.

Hubo un tiempo dedicado en la celebración a conocer y recordar sus orígenes, a los vecinos fundadores, continuadores y la figura histórica de Marco Avellaneda con una disertación del Profesor Vera, en el cual la Jefa de Gobierno de Valle Viejo junto a la diputada nacional Silvana Ginocchio, oriunda de Valle Viejo, hicieron una emotiva semblanza de la figura de Avellaneda, periodista, abogado y político argentino. nacido en Catamarca, que se trasladó a Buenos Aires, donde se doctoró en Derecho.

Hijo de Nicolás Avellaneda y Tula (primer gobernador de Catamarca) y padre del Presidente Nicolás Avellaneda. Aprendió las primeras letras en la escuela franciscana del padre Ramón de la Quintana, quien enseñaba Latín y Retórica. En 1823, sus padres se trasladaron a Tucumán y Marco pasó a Buenos Aires con una beca oficial para estudios en el Colegio de Ciencias Morales. Allí hizo amistad con Alberdi, Vicente Fidel López, Marcos Paz, Carlos Tejedor y Juan María Gutiérrez. En 1834 obtuvo su título de doctor en Jurisprudencia. Ya por entonces se destacaba como orador, y sus compañeros lo llamaban Marco Tulio. Colaboró por esos años en el periódico El amigo del país. Quiso quedarse en Buenos Aires, pero sus padres lo llamaron a Tucumán.
El gobernador Alejandro Heredia lo distinguió con su amistad. Dice Emilio Carilla que «su trayectoria de hombre público es de ascensión rápida: síndico procurador, secretario de la Junta Protectora de la Escuela de Lancaster y legislador, en 1835. Tres años después, a los 25 de edad, es ya presidente de la Sala de Representantes de Tucumán». Autor de proyectos de interesantes, se le atribuye el de una Constitución, en 1833. Luego del asesinato de Alejandro Heredia, en 1838, la Legislatura que presidía Avellaneda se pronunció contra Rosas, el 7 de abril de 1840. Es punto de partida de la reacción regional -la Liga del Norte- contra el jefe de la Confederación. Avellaneda será, sucesivamente, ministro de los gobiernos de Bernabé Piedrabuena, de Pedro de Garmendia y del delegado Gregorio Aráoz de Lamadrid.
Derrotada la Liga del Norte por Oribe, en la batalla de Famaillá, el 19 de septiembre de 1841. Avellaneda debió exiliarse. A caballo, se dirigió a San Javier, pasó por Raco y siguió hacia el norte, buscando alcanzar Jujuy. Pero en la estancia La Alemania fue traicionado y arrestado por Gregorio Sandoval, quien decidió pasarse al bando rosista. Junto con otros oficiales fue entregado a Oribe. Este dispuso su ejecución, que llevó a cabo el coronel Mariano Maza degollándolo el 3 de octubre en Metán. Su cabeza fue expuesta para escarmiento, clavada en una pica, en el centro de la Plaza Independencia (en la actualidad se conserva la pica). Según la tradición, Fortunata García de García la sacó de noche y le dio sepultura en el convento de San Francisco.
Marco Avellaneda, apodado «el mártir de Metán», tuvo un destino similar al del gobernador José Cubas. Catamarca fue la última de las provincias de la Coalición del Norte en caer bajo el gobierno de rosista; luego del combate de Amadores (donde el entonces gobernador interino Marcelino Augier es derrotado frente a Mariano Maza), todos los unitarios debieron exiliarse.